Blog de prosa con historias del segundo sexo que sanan.

sábado, agosto 12, 2006

UNA PALOMA PUEDE DEJAR EMBARAZADA A UNA MUJER ¡OJITO!


Un amigo que había estudiado en un colegio católico, me contó que una vez le explicaron allí el misterio de la inmaculada concepción. Él puso a funcionar su racionalidad y dijo que una paloma no podía dejar embarazada a una mujer. Aunque soy un ser racional y creo que mi amigo está en lo cierto, reconozco que desde entonces dejé de echarlas miguitas de pan y cuando paseo por el parque las miro con cierto recelo.


He decidido que mientras trabajamos porque el mundo sea un poquito mejor, vamos a tener que tomarnos algunas cosas con humor. Va a ser mejor para nuestra salud. Digo esto porque según los datos estadísticos del 2005 publicados por la Comunidad de Madrid, ya el 44,89% de las personas que viven en la CAM estudian en centros privados. ¿Nos imaginamos lo que esto quiere decir?. Esto significa, no que haya un 44,85% de personas que han elegido libremente matricular a sus hijas o hijos en colegios privados, sino que un nivel elevadísimo están ocupando plazas concertadas con la Comunidad de Madrid. Con semejante número de alumnado, ¿es que no hay suficiente para crear nuevas escuelas? Sí, pero es mejor trasvasar el dinero que debería ir a la pública (como si no le hiciera falta) a los amiguetes de la privada, léase Legionarios de Cristo y demás criaturas del señor. Sin embargo, esto no es ni con mucho lo que más me preocupa. Lo que realmente me inquieta es: qué tipo de educación se le da a un niño o una niña en este tipo de colegios. Sin duda para mi el futuro de la igualdad entre mujeres y hombres, el de la tolerancia y la resolución pacífica de conflictos, pasa por una escuela pública que fomente valores de igualdad y ciudadanía. La escuela pública siempre ha sido un garante de la compensación social y espero que un futuro instaure de manera definitiva y seria programas de coeducación, y cada una de las materias trasversales que transmitan los valores democráticos que nos hemos dado en el Estado español. La educación a las escuelas y la religión a las iglesias para que quien libremente quiera ejercerla pueda hacerlo. Así las futuras generaciones tendremos una formación científica y crítica y por tanto no tendremos que mirar de reojo a las palomas que campan a sus anchas por los parques de la Comunidad de Madrid. Ellas también se sentirán mejor.

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