En España, hace unos días saltaron a la prensa dos noticias, casi simultáneas, de la violación de dos chicas menores a manos precisamente de otros menores de edad.
Aunque los casos se producían en diferentes ciudades, por su coincidencia en tan corto espacio de tiempo y por la edad de los autores del delito, ambos acontecimientos han causado desde la indignación a la preocupación y por supuesto, las oportunas declaraciones políticas, sociales y periodísticas.
Desafortunadamente, como en tantos otros casos, la aparición de delitos tan graves, a tan temprana edad, lejos de provocar una reflexión racional sobre las raíces del problema, la derecha de este país se dedica a utilizar políticamente un acto de esta naturaleza. Que jóvenes, sin edad penal sean capaces de materializar una violación, con el agravante de producirse en grupo, no debe utilizarse para caldear los instintos más bajos del ser humano. Al menos no personas con un nivel de responsabilidad y raciocinio. La solución no es bajar la edad penal, porque a este paso que vamos a plantear, ¿llevar a niños/as de 5 años a la cárcel?.
Lo curioso es que quienes están solicitando esta iniciativa, en ningún momento han ido a la raíz del problema, ni han hablado de las verdaderas motivaciones de este acto despreciable. Ni siquiera han mencionado al problema en si. Estaban muy ocupados haciendo una utilización política del asunto. Pero lo cierto, es que estos dos hechos, nos muestran la violencia de género de un modo tan preocupante como el habitual, pero manifestándose con un síntoma digno de observar con detenimiento y estudiar para adoptar las medidas adecuadas para su erradicación. Los/as jóvenes y niños/as forman parte de nuestra sociedad y nuestra cultura y no han hecho si no reproducir el rol de los mayores. Que tomen nota, aquellos/as que piden bajar la edad de responsabilidad penal, pero no están dispuestos /as a aplicar la coeducación en las escuelas, ni la igualdad en su vida laboral, personal y familiar.
Aquí les dejo una entrada al blog de Saramago, a propósito del tema. Cien mil hombres, sería extraordinario, a ver quien recoge el guante.... Problema de hombres.