Blog de prosa con historias del segundo sexo que sanan.

lunes, agosto 28, 2006

¿ENVIDIA DE PENE O DESEO DE PENE?. ESAS COSAS DE FREUD.


Ya lo dijo Hegel que para cada tesis existe una antítesis. Si bien no soy una feminista de la diferencia, debo decir que me encantó la antítesis de Luce Irigaray a la "envidia de pene" de Freud; por cierta y por irreverente. El trabajo en que abordaba ésta y otras críticas a teorías del mismo corte es "Speculum" . La que por cierto le costó la expulsión como profesora de la escuela freudiana de París.
Speculum, supone la deconstrucción del falocentrismo de Freud y otros pensadores que a lo largo de la historia nos han intentado presentar a la mujer como el opuesto simétrico del hombre. Esta definición resulta determinante para anular la autonomía de la mujer, simplemente el ser. De este modo el hombre aparece como el ser pleno y la mujer se define a través de él como deficiencia respecto al hombre.

Freud no ve a la mujer como un ser pleno y autónomo, sino como un hombre castrado. De hay la teoría sobre la envidia de pene. En Speculum, Irigaray con una profunda ironía crítica a el freudianismo, al que acusa de no reconocer la especificidad y autonomía de la mujer, sino que la entiende como fallo en relación con la del hombre. Define entonces la antítesis a la envidia de pene de la siguiente manera "es el hombre el que ve no ve en la niña nada que se parezca a él y se queda horrorizado por ello. Entonces construyen un paralelismo entre el miedo masculino a la castración y la envidia femenina de pene; pero es el hombre el que tiene miedo a la castración y el que quiere ver reflejado ese miedo en la mujer. Si el tranquilizador espejo femenino no diese esta imagen, es decir, si la mujer no sintiese envidia de pene, se vendría abajo la construcción masculina narcisista".

Un elemento interesantísimo que Irigaray aporta al debate en contraposición a las relaciones propuestas por Freud, madre-hijo, padre-hija, es la relación madre-hija. Speculum es un libro a explorar detenidamente.

En definitiva, como soy una amante del psicoanálisis, o mejor dicho del autoanálisis, he sacado en conclusión que después de todos estos años puedo decir con certeza, ni miedo a equivocarme, que hasta este día no he sufrido ningún síntoma que me haya hecho pensar que sea presa de la envidia de pene. Quizás Freud confundió en la mujer heterosexual la palabra envidia con la palabra deseo, pero en este caso creo que también habría más de un hombre heterosexual con envidia de vagina...

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Mariam
Muy interesante... Una pregunta: existe alguna version digital del libro de Irigaray?

Simone de Beauvoir dijo...

No la he encontrado en digital, pero ahí te he enviado una guapísima...

Anónimo dijo...

Muy buen texto, me parece muy interesante y me ha dejado con ganas de leer más para profundizar en el tema.
Realmente, es una perspectiva nueva y me parece que bastante más acertada que las teorías freudianas...

Voluntad dijo...

Te animamos a leer el libro. Es un poco complicado de leer pero merece la pena. Y aunque también es difícil de encontrar, siempre quedará el recurso de las bibliotecas.

Anónimo dijo...

las mujeres sienten envidia durante toda su vida de los hombres, solo que lo ocultan

"ellos la tienen más fácil, el mundo es de hombres, nosotras sufrimos más dolores, es más incómodo ser mujer, tenemos partos, jaquecas, etc etc etc."

he escuchado también a varias niñitas preguntandose por qué ellas no tienen pene. (Por lo que recuerdo de niño, eran siempre las niñas las que empezaban comparandose con los niños para ver quien era mejor, creo yo que también es producto de su inseguridad)

Es cosa de detenerse a observar las cosas como sonnada más.

Ahora no creo que tooooodas las teorías se apliquen a tooooooooodas las personas que existen en el mundo. Pero lo que escribo en este mensaje es según mi experiencia, lo que representa a la mayoría.


Saludos

PD: No tengo blog....

Voluntad dijo...

Gracias por tu aportación. Yo también he visto a muchos hombres preguntarse por qué no tiene atributos femeninos y hasta travestirse para simularlos. A muchos hombres y no hablo de transexuales específicamente, sino heterosexuales manifiestos, les encantan disfrazarse de mujeres por ejemplo en carnavales, lo que quizás podría denotar un deseo oculto que no expresa tan abiertamente por miedo a poner en tela de juicio su "masculinidad" o llevado al extremo también envidia, si es que existiera en cualquiera de los casos, cosa que yo pienso que no. Todo el mundo puede hacerse preguntas de por qué no tiene algo, como una expresión natural de sana curiosidad sobre todo a ciertas edades. Yo, y seguramente tú tambien, he escuchado a los niños preguntar porque las chicas no tienen pene, lo que podría perfectamente apoyar la teoría del miedo a la castración de Irigaray. Esto es igual de observable. Que una mujer exprese que a los hombres la vida les es más fácil, no necesariamente quiere decir que sienta envidia o deseo de ser un hombre, normalmente manifiesta y/o denuncia un hecho social que simplemente no cree justo.

Anónimo dijo...

A mi parecer aqui no se discute por la teoria freudiana...
estoy 100% segura que el problema radica en el sexo.
Creo que sus comentarios son feministas.
Es por eso que desean encontrarle la razon al autor de la antítesis..

Voluntad dijo...

Unas puntualizaciones anónimo o anónima.

Desde luego que aquí no se habla de la teoría de Freud. Se habla de la teoría de Irigaray y sus puntualizaciones sobre las de Freud.
Tus problemas no sabemos en qué radicarán, pero por favor no nos los hagas extensivos a las demás personas. Tú 100% de seguridad sobre problemáticas ajenas desprende simple prepotencia y no deja espacio abierto para debate, ni intercambio de opiniones que es lo que pretende el blog.
Una cosa es el sexo y otra el género.
Por supuesto que los comentarios de este blog son feministas. No creo que se descubra usted a si mismo o a si misma, ni a nadie, nada nuevo por la obviedad.
La última apreciación es bastante fácil de constestar. Mire, a Simone de Beauvoir las personas que eran antifeministas le decían: usted dice eso porque es mujer, a lo que ella contestaba: yo digo esto porque es verdad, demuestreme usted lo contrario.
Si ha leído a Freud, lea a Irigaray. Si no ha leído a ninguno, léalo y después saque sus propias conclusiones. De eso se trata.

Anónimo dijo...

Pienso que la unica forma de lograr igualdad entre los sexos es la castracion obligatoria masculina asi ya no hacen los machitos, y vivirian avergonzados.

Anónimo dijo...

... bueno, tanto la mujer cuanto el hombre son productos naturales a ser influidos, en sus desarollos psíquicos así como en las conceptualizaciones de sí y del mundo, por el influjo de su medio cultural sobre las características singulares e inimitables propios a la naturaleza humana... pero también, en sentido fisiológico, son intercepciones uno del otro respecto a su contenido hormonal y bioquímico ... hay testosterona en la mujer y estrógeno en el hombre ... de manera que existe sí un puente que propicia una intuición, que casi podríamos llamar inherente, sobre la mutua correspondencia vital, aun cuando hayan evidentes especializaciones diferenciales entre ellos ...


Anónimo dijo...

... Mas yendo a la torpe propagada idea de la "ENVIDIA DEL PENE", otra demasía insana propalada por Freud entre los muchos otros yerros que produjo a lo largo de su actividad, lo mismo se podría aventar respecto de los hombres en relación a una "CODICIA POR EL ÚTERO", ya que es en él donde se produce el brote y desarrollo de otra vida y la perpetuación de la especie, proceso en el cual el hombre no tiene ( rigurosamente analizado ) ningún protagonismo posterior a la transferencia de su fluido fecundante, percepción que acaba de se cristalizar en la psiquis masculina con el testimoniar el proceso del parto y constatar el exuberante poder femenino de formar en sí e independientemente otra vida, ponerla en el mundo y propiciarla en la existencia através del mecanismo sustentador del amamentamiento, todo ello prescindiendo del concurso masculino, constatación que por sí deja en el hombre una noción, mismo que sea vaga, de la importancia subalterna que desempeña en el proceso vital de la perpetuación, proceso del cual él mismo se intuye producto derivado de lo femenino ...

Anónimo dijo...

... pero volviendo a las consideraciones del motivo primordial, a esa "ENVIDIA DEL PENE" creada y difundida por el charlatanismo freudiano ... tengo que decri que yo, hombre ya entrado en años y relacionado a lo largo de mi vida afectivo-sexual con un número significativo de mujeres, jamás percibí en alguna de ellas, contenida en sus actitudes o subyacente entre sus manifestadas insatisfacciones consideradas y expuestas después de una más o menos demorada elaboración crítica, algún indicio de incomodidad con el propio género en sí mismo sino que, siempre, referidas a una adversidad puramente circunstancial implícita en el medio contingente mal configurado a la equidad entre todos los participantes de la sociedad contemplada. Mucho menos aun he notado repudio a su propia condición femenina, sino que, al contrario, creo haberme percatado de lo opuesto... tal vez que el hecho de ser hombre no me haya permitido detectar un nexo más sutil entre los reclamos reivindicatorios amplios sobre "la condición de ser mujer en el mundo" que a veces las mujeres exponen, haciéndolo casi siempre con propiedad y lucidez e invariablemente apuntando a las inadecuaciones de su propio contexto social, protestos estos formulados de manera pertinente y fundamentada, con una más o menos velada manifestación de una inconformidad profunda y, supuestamente, ineludible para con su propia esencia y estructura de mujer, determinándose por ello, insoslayablemente, en la psique femenina como única solución, y casi que dotada de mágica infalibilidade, al íntimo conflicto originado por el, psicanalíticamente pretendido, rechazo a su propia insatisfactoria condición femenina por considerarla como determinadora de la impotencia para modificar la situación de inequidad en que se considera y, de acuerdo con la tesis freudiana, teniendo como inevitable consecuencia un ansia abismal y obstinada de "substitución de género", ante cuya imposibilidad la frustración decorrente induce en la estructura psíquica femenina, como sola respuesta posible del repertorio de recursos totales de su psiquismo, una ineluctable "envidia del pene", elevando el falo a símbolo redentor de la desigualdad menoscabante en la que la persona afectada percibe a sí misma ...

Anónimo dijo...

... cabe se cuestionar por qué semejante “teoria” se há mantenido tanto tempo sin haber sido consistente e irrefutablemente combatida por los médios profesionales y académicos competentes, siendo notório que este engendro pseudocientífico, como tantos trabajos del mismo autor, no está cimentado en métodos de investigación revestidos del necessário rigor científico que lo sostenga.