Pertenezco a una generación en la que a las personas mayores, se les tenía un respeto. En general esa consideración era merecida. Emanaba de la sabiduría que daban los años de experiencia junto a la templanza que se imprimía al ánimo y que sin duda infundían respeto. Si esto no era lo suficientemente convincente, no importaba, lo acompañaba la zapatilla de tu madre en tu trasero.
Digo esto porque no es una actitud propia, al menos la que una espera de una persona de la edad de Antonio Cañizares, Arzobispo de profesión, que con ese aspecto de abuelo y en traje de faena salga hacer declaraciones que restan importancia a los abusos de todo tipo a menores, entre los que se encuentra la pedofilia.
A la escasa moral de sus declaraciones, él que tanto gusta presumir de tener y a la que apela constantemente, se unen la hipocresía.
Me pregunto donde quedan ese respeto profundo de la vida y de la dignidad del ser humano, el examen de conciencia católico y el acto de contrición en sus últimas declaraciones. En ellas, sugiere que el aborto es peor que los abusos sexuales cometidos en las instituciones irlandesas gestionadas por órdenes católicas.
Sobran los comentarios a este respecto, pero una confirma la hipocresía de algunas almas de Dios escuchando este tipo de manifestaciones. La jerarquía católica intenta hacernos creer que es más importante una vida que todavía no se ha creado que una que ya existe. La que ya indudablemente existe, no tiene mayor importancia siempre y cuando pueda ser manipulada o marcar la x de la iglesia católica en la declaración de la renta para que sigan manteniendo este tipo de actividades.
En definitiva este señor será muy mayor y todo eso y yo mantendré ese respeto subconsciente sobre las personas mayores, pero en este caso me van a tener que aplicar la zapatilla oiga.
La iglesia conocía el abuso endémico de 35.000 niños.
A la escasa moral de sus declaraciones, él que tanto gusta presumir de tener y a la que apela constantemente, se unen la hipocresía.
Me pregunto donde quedan ese respeto profundo de la vida y de la dignidad del ser humano, el examen de conciencia católico y el acto de contrición en sus últimas declaraciones. En ellas, sugiere que el aborto es peor que los abusos sexuales cometidos en las instituciones irlandesas gestionadas por órdenes católicas.
Sobran los comentarios a este respecto, pero una confirma la hipocresía de algunas almas de Dios escuchando este tipo de manifestaciones. La jerarquía católica intenta hacernos creer que es más importante una vida que todavía no se ha creado que una que ya existe. La que ya indudablemente existe, no tiene mayor importancia siempre y cuando pueda ser manipulada o marcar la x de la iglesia católica en la declaración de la renta para que sigan manteniendo este tipo de actividades.
En definitiva este señor será muy mayor y todo eso y yo mantendré ese respeto subconsciente sobre las personas mayores, pero en este caso me van a tener que aplicar la zapatilla oiga.
La iglesia conocía el abuso endémico de 35.000 niños.