Blog de prosa con historias del segundo sexo que sanan.

viernes, mayo 11, 2007

NO ME MIREN ASÍ: UNA NOCHE TONTA LA TIENE CUALQUIERA

Como estoy un poco "depre" por cosas que han pasado y que ahora no vienen al caso, me ha parecido muy buena idea la sugerencia de la compañera de blog:rebeldía, de contar una anécdota que me sucedió una vez en el aeropuerto José Martí (La Habana).

Por multiples cuestiones que no voy a contar todas de golpe hoy, me encanta Cuba. La gente tiene sus problemas, como en todas partes, pero se toma la vida de otra manera. En general, la persona cubana es muy simpática, culta y abierta. Transmite alegría verla y tratarla. Por tanto, y sin ser nada amiga de las generalizaciones, tengo que reconocer que a cierto nivel los pueblos tienen una ideosincrasia que les caracteriza.

Todo esto viene a colación porque hace unos años me dirigía a mis bien merecidas vacaciones, cuando un compañero que trabaja en un Comité de Solidaridad de Iberia me llamó. Habían recogido miles de preservativos para un proyecto que tienen en Nicaragua pero ese año no podía nadie viajar allí y me preguntó sobre la posibilidad de que me los llevara a Cuba. Rauda y veloz envié un correo a un amigo cuya mujer trabaja en la Federación de Mujeres Cubanas para saber si este material les pudiera ser de utilidad en su trabajo, a lo que me contestó afirmativamente. Así que ni corta ni perezosa (esto último no va con segundas, jejeje) me presento con el coche en casa del compañero y del maletero a la maleta. Nos tomamos unas cervecitas en su casa bromeando sobre la posibilidad de que me abrieran las maletas en el aeropuerto con dos mil preservativos y la situación embarazosa que podría producirse, a lo que yo le contesté que era una posibilidad poco probable porque llevaba años yendo a Cuba y nunca me habían revisado la maleta.

Así y con todo, llegó el féliz día de partir y tras el bodrío que suponen las casí diez horas de vuelo, con esas películas malas que te ponen, que nunca he entendido que criterio siguen para seleccionarlas ¿matarnos de aburrimiento, ?, ¿desesperarnos?,¿qué la gente saltemos por las salidas de emergencia para evacuar peso?. En fin, el caso es que como iba diciendo llegó el esperado momento en el que el Comandante del avión te dice por los altavoces "iniciamos el descenso" y entonces tú con toda tu cara iluminada te asomas por la ventanita, si te ha tocado ventana y si no metes la cabeza en el espacio íntimo del pasajero/a de al lado, y ves las luces de La Habana. Entoces piensas "que me vayan haciendo sitio en el chiringuito del Malecón, que ya me veo con el mojito en la mano y cantando la negra Tomasa". Bueno ya sabéis, estas cosas tan lamentables que hace una cuando ejerce de extranjera.

En definitiva, que bajo del avión paso el control de aduana, recojo la maleta y cuando estoy a punto de salir, suena un "pipipipi". La madre que me parió, pensé yo, si a mi nunca me ha pitado la maleta no llevo nada para que pueda saltar la alarma. A todo esto apareció un funcionario que muy amablemente me indicó que debían revisarme la maleta. Allí me quedé esperando la cola mientras pensaba en que a alguien les tienen que tocar las probalidades poco probables. Cuando me tocó, me atendió una funcionaria muy simpática que me invitó a subir la maleta, como llevaba dos y os podréis imaginar, pues puse la que no llevaba los preservativos para evitar la situación embarazosa (no es un juego de palabras, jejeje). Pero claro, muy avispada ella me dijo: "no señora, es la otra la que sonó". Ahí ya me dije: pues nada que le vamos no los tomaremos con humor. Al abrir la maleta la pregunta fue inevitable "¿qué cosa es todo esto?", a lo que que mi respuesta fue evidente: "preservativos". La funcionaria en cuestión se rió y exclamó: "Ave María". Y entre risas se lo comentó al funcionario que ya había terminado de revisar otras maletas. Como no tenía más remedio, pues le explique la situación y a donde los llevaba, aunque a mi la verdad me dieron ganas de decirle: "pues mire que una noche tonta la tiene cualquiera, una es muy apasionada, se pone y luego no sabe parar...

PD: Un saludo para todas las amigas y amigos de Cuba con todo mi "amol". Uno especial para "negracubana...tenía que ser" que hace mucho que no la escribo pero que está en mi recuerdo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Un beso linda. Mislady.

Simone de Beauvoir dijo...

Otro para ti.

Anónimo dijo...

Anda que estás deseandito de irte otra vez. Como si te estuviera viendo.

Expediente X dijo...

Sin duda yo me río de algunas embarazosas anécdotas, algunas de las cuales me han pasado a mi pero comparada con esta tuya nada, ah y si te pregunto cuantos preservativos exactamente eran, tu dices que "miles", pero como eras tan perezosa, je, je, no los contastes, así que eso será un nuevo "Expediente X" más, ja, ja.

Paco Manzano dijo...

Buenísimo... me has sacado una sonrisa. Pero, no preguntáste por qué sonó la alarma??

Voluntad dijo...

Sí, sí, en eso estaba yo pensando, en preguntarle porqué había pitando...