Blog de prosa con historias del segundo sexo que sanan.

martes, mayo 15, 2007

Menarquía

Una de las cosas buenas que tiene pasarme todo el día en la biblioteca, es que en esos momentos en los que los vuelos de moscas pueden contigo, tengo a mi alrededor centenares de libros sobre diversas materias que me incitan a curiosear sobre aquello u esto otro.
El otro día, tras conversar con una amiga sobre el mundo interno femenino, en un intento de averiguar más sobre nosotras mismas y echarle un pulso a la ignorancia y a los miedos que la acompañan, me adentré en el inmenso mundo de la menstruación.
Recuerdo que en el instituto no falte a ninguna de las charlas que nos dio la representante de una marca farmacéutica, y que aprobé Ciencias Naturales con buena nota, pero de veras que leer sobre la menstruación ha sido para mi todo un descubrimiento.
Vicios de politóloga han hecho que me resulte chocante comprobar que menarquía no se trata de ninguna forma de gobierno, sino que es el nombre que recibe la primera menstruación de la mujer. He de descubierto la complejidad de un proceso que hasta hace unos días, solamente me preocupaba una vez al mes. He descubierto que es el hipotálamo, una pequeña área del cerebro, la que ordena a la hipófisis, entre otras tareas, secretar dos clases de hormonas :una que estimule el crecimiento y maduración de los huevos en el ovario, y la otra la liberación de éstos ya maduros; estimular el tiroides para producir hormona tiroidea; emitir prolactina, la encargada de la producción de leche por el pecho, etc, etc.
Pero lo más importante es que he descubierto que el hecho de que me venga la regla justo cuando comienzan mis vacaciones, el día antes de un esperado viaje o de la celebración de algún tipo de evento al que tenemos que ir impecables, no es debido a mi mala suerte. Resulta que los estímulos que recibe el cerebro debido a determinadas experiencias, positivas o negativas, si son suficientemente intensas para nosotras, pueden alterar de forma considerable el ciclo menstrual, ya que la relación existente entre el sistema nervioso y el endocrino hace que diversos acontecimientos y situaciones sobre nuestra vida y nuestra manera de vivirlos puedan tener efectos en nuestro ciclo.
Conclusión : tranquilidad y nervios fuera y dejemos al hipotálamo y a la hipófisis que hagan bien su trabajo.

3 comentarios:

Voluntad dijo...

Ay qué malita estoy, a ver si me dejas el libro...jejeje

Paco Manzano dijo...

Anonadado me quedo!!

La verdad sea dicha, que en esos momentos de vuestra vida no os envidio nada, pero fíjate... igual estaría dispuesto a tener la mestruación a cambio de tener otras cualidades que el sexo femenino tiene mejor desarrolladas que el masculino...

Paco Manzano dijo...

Anonadado me quedo!!

La verdad sea dicha, que en esos momentos de vuestra vida no os envidio nada, pero fíjate... igual estaría dispuesto a tener la mestruación a cambio de tener otras cualidades que el sexo femenino tiene mejor desarrolladas que el masculino...