A veces el dolor hace que las personas tengan momentos tristemente lúcidos. Este es el caso de Pilar Manjón " sólo soy una víctima, sólo soy una madre que el día 11 de marzo mi hijo cogió el tren y lo cogieron otros, se fueron con él, se los llevaron, los asesinaron, no dieron la vida por algo, ni por España, aunque lo quieran reivindicar, porque nadie quiso morir aquella mañana".
La AVT convocó este sábado una nueva manifestación con el objetivo de romper las esperanzas de millones de personas de este país para que no haya más asesinatos por terrorismo. Lo hicieron en un día significativo, 25 de noviembre día internacional contra la violencia de género. Las organizaciones de mujeres y el partido político IU pidieron a la asociación que no convocaran en este día, que se solidarizaran con las mujeres víctimas de terrorismo doméstico, pero no hubo respuesta, no hubo solidaridad, la manifestación de la ya sofocantemente partidista AVT no tuvo consideración con las personas que son víctimas de otro terrorismo. Se le olvida a esta asociación de víctimas del terrorismo que la solidaridad y la consideración entre las víctimas es una de las cosas que nos diferencia de los terroristas. El fin no justifica los medios y no hay víctimas que valgan más que otras.
Quiero recoger las declaraciones de otra mujer, la responsable de la Secretaría de Mujer de IU-Comunidad de Madrid, Manuela Jordán "en los últimos tres años no se ha producido ninguna víctima por terrorismo político y, sin embargo, 300 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas, otra deleznable forma de terrorismo". Para la AVT parace que estas víctimas no son tan importantes, ni dignas de consideración como para haber pospuesto a otro día cualquiera la manifestación. Me parece un gesto tan despreciativo hacia las mujeres víctimas de violencia, como aquel que hizo el Señor Zaplana del PP en la Comisión de investigación del 11 m de ponerse a leer el periódico mientras la Presidenta de la asociaciación 11 m afectados del terrorismo explicaba en una conmovedora intervención el dolor de las personas afectadas. Lamentable que la gente no nos echemos las manos a la cabeza ante semejantes comportamientos.
Para terminar agradecer a las personas víctimas de terrorismo de todo tipo que en este país o en otros no dejan que se comercie con su dolor y luchan porque otras personas no lo sufran.
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